Testimonios

Nuestro trabajo de titiritero nos hace disfrutar desde hace muchos años, pero cuando se baja el telón.... codo de golfista, túnel carpiano, cervicales garratibadas,... ¡un mal para cada espectáculo!

Valoro mucho que se me informe, claramente y comprensible, de la problemática que padezco y las soluciones que se pueden buscar. En el Instituto he encontrado esta información junto con una atención muy personalizada y un nivel muy alto de profesionalidad del equipo.

Para mi profesión necesito el cuerpo en plenas condiciones. Después de un doble traumatismo en las muñecas donde tuve que someterme a dos operaciones para reconstruir el ligamento escafoidal, una recuperación óptima me era indispensable para seguir ejerciendo mi profesión.

Como bailarín he sufrido bastantes lesiones, que habitualmente intento curar con mis limitados conocimientos.

En el Instituto he encontrado una atención completa, profesional y personal, médica y fisioterapéutica así como respeto y comprensión con el arte y el artista.

Un conocimiento adecuado de la técnica de la danza es muy importante a la hora de prevenir lesiones. Pero la rutina de los bailarines comporta el uso del cuerpo humano a niveles tan intensos, que a menudo no basta.

En el centro encontré una atención muy cuidadosa para que respete a los bailarines, los artistas,...

El hecho de que el Instituto esté especializado en el diagnóstico y tratamiento de lesiones específicas de los bailarines hace que la solución a una patología no sea simplemente el "dejar de bailar" que he oído en otros centros.

Comenzó una largar y dura etapa de trabajo, con momentos muy difíciles y otros donde pude ver algunos hilos de esperanza. La constancia, disciplina y la creencia en la terapia fueron mis grandes aliados, pero sobre todo la confianza en los profesionales que me ayudaron.

Sentí un pequeño bloqueo en el pulgar de la mano derecha. No le di mucha importancia. Lo consideré un problema de carencia de técnica, así que le dediqué más tiempo de práctica. No sólo no funcionó sino que fue a peor.

Doy las gracias al Instituto del Arte por haberme ayudado a salvar mi pasión y expulsar a los demonios de la distonía.

He estado durante 2 años con sensaciones raras y cada vez peor. Llegué a pensar en dejar la trompa. Lo pasé mal pues mi trabajo es mi pasión.

En 1990 tuve que abandonar la idea de dedicarme profesionalmente al piano debido a un misterioso problema de movilidad en el dedo 2 de la mano izquierda que ningún médico supo diagnosticar ni mucho menos tratar.

Tienen un conocimiento profundo de la naturaleza, eficacia y alto rendimiento del movimiento locomotor utilizado para tocar un instrumento musical.

Los primeros síntomas se manifestaron en 2002. No había percepción de dolor y consistían en una pérdida gradual de las habilidades motoras observable sólo sobre el instrumento.

Precisamente la noche antes de ser diagnosticado de una Distonía Focal tuve la suerte de conocer por internet al Instituto de Fisiología y Medicina del Arte.

Me diagnosticaron distonía focal en mayo de 2006, en la mano derecha. Me afectó a diversas actividades de la vida cotidiana, como escribir en el ordenador o afeitarme, y me incapacitó por completo para poder tocar el piano.

La primera vez que entré en el Instituto tenía mucho miedo. No sé por qué, pero sabía que sería posiblemente la última carta que me quedaba por jugar.

Hoy ya vuelvo a tocar con la Unió Musical del Bages y tengo mejor técnica que cuando empezó todo.

La amable y cálida acogida en su centro y su sincero soporte son muy importantes durante el tiempo necesario para la curación.

Llegué a la clínica desesperada, con la mano paralizada, sin saber lo que me pasaba.

Superé el mayor reto de mi vida como instrumentista. Gané la batalla contra la distonía focal.

Hemos llegado a Meta. Después de casi cuatro años intensos de trabajo, podemos decir que la distonía ha quedado desterrada, quizás en un leve recuerdo, quizás en la nada.

Estoy totalmente recuperado de mi distonía de la embocadura con sensaciones alucinantes.

En 2017 empecé a oír un problema motor en el cuarto y quinto dedo de la mano derecha que fue aumentando.

El Instituto ofrece gran profesionalidad, competencia, capacidad para resolver problemas y sinceridad con el paciente.

Ahora, 7 años después de ese día, y 2 años y medio después de empezar el tratamiento, puedo decir que estoy curada, puedo decir adiós a lo que fue una pesadilla durante mucho tiempo.

Nunca me había planteado la lesión como posibilidad en mi carrera como músico, hasta que me pasó a mí.

Descubrí nuevas y muy interesantes perspectivas sobre cómo tocar y estudiar, especialmente en relación con la técnica del aprendizaje diferencial.

Alcancé el 100 % de mi recuperación. Gracias infinitas.

Lo importante es la presencia del doctor D. Jaume Rosset. Posee unos conocimientos profundos en el ámbito de la medicina especializada en las lesiones que caracterizan a los músicos.

En abril de 2012 fui operada de un tumor benigno en la glándula parótida. Todo fue muy bien y la recuperación siguió su proceso correctamente. Pasados tres meses, veía que a nivel de articulación (que es donde me afectaba para poder cantar), no avanzaba ya que la musculatura estaba muy tensa ya la hora de vocalizar y empezar a cantar me hacía dolor.

El equipo del Institut me ha ofrecido siempre una atención personalizada y específica al momento.

¡No pude estar en mejores manos, 100% recomendado!

Una excelente operación no vale para nada sin una excelente rehabilitación. Y esto es lo que ofrece el Instituto a cada músico.

He visto tratar muchos tipos de patologías, de pequeños problemas a tratamientos de recuperación muy complicados.

En el Instituto comprenden lo que puede significar para nosotros cualquier pequeño problema que para otro no tendría ninguna importancia.

Cuando he sido tratado en otros centros he echado de menos una atención específica a la causa del origen del problema hecho que provocaba que las soluciones que se me ofrecían no fueran las adecuadas.

En el Instituto he encontrado un ambiente acogedor y positivo que sin duda contribuye a la recuperación terapéutica.

El Instituto de Fisiología y Medicina del Arte en Terrassa es sinónimo de excelencia en el tratamiento de las distintas patologías de los músicos.

En el Instituto encontré al fin, y después de mucho tiempo, alguien que me escuchaba, entendía el idioma que yo hablaba y no le parecía que las cosas que yo le contaba eran de un desequilibrado o de alguien que no quería ir a trabajar.

Después de una intervención quirúrgica compleja en la cara por un tumor facial y haber estado 8 meses sin poder tocar los cirujanos que me habían operado no podían ayudarme en cómo debía proceder a mi rehabilitación.

El Instituto es un espacio en el que te encuentras cómodo, donde te sientes comprendido, donde sabes que te entenderán.

Consulté el Instituto de Medicina del Arte después de haber pasado más de 10 meses sin poder tocar, yendo de especialista en especialista, sin que ninguno de ellos supiera explicar el problema y su solución.

Me han ofrecido una atención especializada en el ámbito de la música, un trato personalizado y la integración del trabajo en la propia terapia.

En el centro he encontrado una profesionalidad y comprensión del uso del cuerpo (a nivel muscular y neurológico) y en la actividad artística que nunca había encontrado en ningún otro sitio.

Una de las principales ventajas del Instituto de Medicina del Arte es la precisión en la diagnosis, ya que ésta se basa en el conocimiento profundo de las técnicas que utilizamos los músicos para tocar nuestros instrumentos.

He encontrado mucho rigor profesional a la hora de tratar una lesión, una calidad humana excelente, tanto por parte médica como de las fisioterapeutas, y una atención muy personalizada que en todo momento me ha hecho sentir tranquilo respecto a la evolución de las lesiones tratadas.

Quiero compartir una experiencia personal que espero pueda resultar de utilidad.

Entre 2002 y 2003 tuve la inmensa fortuna de verme inmerso en una gran gira que me llevó a tocar por toda la geografía del país y también por América. Era algo con lo que había soñado desde pequeño. Tocar en directo, viajar y hacer de la música mi vida.

En el Instituto saben entender totalmente la situación en la que se encuentra cada persona, sobre todo en el ámbito musical que es lo que yo conozco.

El Institut es un centro especializado en enfermedades profesionales de la música y la danza que da una respuesta médica a problemas específicos de nuestra profesión.

Poder ir a un sitio que sepan de lo que están hablando, ¡es perfecto! Que no hace falta intentar explicar qué significa hacer teatro de creación, de gesto, visual... ¡pero actuar básicamente!

Hace unos años se me deformó el dedo anular de la mano izquierda, lo que me impedía cada vez más la capacidad de tocar un instrumento de cuerda.